miércoles, 8 de junio de 2016

Sin límites


Disfrutaba caminando entre su propia soledad,
no temía ni a sus propios miedos, pasos,
creció con incertidumbres, llantos, penas y glorias.
Y un día, sin quererlo, ni beberlo, unas copas de whisky,
un cabello moreno, una voz grave, acercándose, sonriendo, 
música, poesía, balanceos sin hora de cierre.
Un susurro a tiempo, una "balada de despertador", la hicieron cambiar,
ya no veía la vida pasar, sus pasos caminar,
era el, su forma tan peculiar de ver la vida, de vivirla al límite,
sin prisas, sin pausas, sin pasado o sin futuro,
solo presente.

Ella aprendió, aprendió que de nada sirve una sonrisa a medias,
unos pasos sin destino,
un drama sin llanto,
una poesía sin musa. 
Una vida con límites. 




1 comentario :